- La asociación
- Agenda
- Otra mirada
- Concurso Relatos
- Voces imprescindibles
- Lectura y Debate
- Podcast
- Blog
- Archivo
La economía creativa no sólo es uno de los sectores que más rápido está creciendo en la economía mundial, sino también uno sumamente transformativo en términos de generación de recursos, creación de empleo y aumento en los ingresos de las exportaciones. Así concluía el Informe sobre la economía creativa de 2010, elaborado por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), a través de la Oficina de las Naciones Unidas para la Cooperación Sur–Sur (UNOSSC), en cooperación con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) y el Centro de Comercio Internacional (ITC).
Tres años después de ese informe, las pruebas mostraron que la economía creativa es un motor cada vez más potente para el desarrollo. Las cifras publicadas por la UNCTAD en mayo de 2013 indicaron que el comercio mundial de bienes y servicios creativos ascendió a un total de 624 mil millones de dólares estadounidenses en 2011 y que aumentó más del doble entre 2002 y 2011; la tasa media de crecimiento anual durante este periodo fue de 8,8%. El crecimiento de exportaciones de bienes creativos en países en desarrollo fue incluso mayor, con un promedio anual de 12,1% durante el mismo periodo.
La importancia de esta economía asociada a la capacidad creativa es cada vez más patente. En el Foro de Davos en Suiza, en este año 2016 esta capacidad había pasado de estar en 2015 del puesto número 10 al puesto 3 en el 2020 como las habilidades más importantes según los expertos junto a la resolución compleja de problemas y el pensamiento crítico.
Tony Wagner, Director del Laboratorio de Innovación de la Universidad de Harvard, profesor y catedrático, además de consejero en numerosas instituciones educativas, es uno de los mayores expertos en educación. Según este autor para afrontar los retos del futuro de la educación, hay 4 habilidades fundamentales:
Por tanto la capacidad creativa que una ciudad puede inducir para formar capital y talento creativo es una oportunidad para que los ciudadanos y ciudadanas desarrollen su potencial de crecimiento individual y social en un entorno de aprendizaje adecuado, como puede ser el de una ciudad educadora. Una capacitación de la ciudadanía y de los agentes claves que permita la acción transformadora en beneficio de la propia ciudad.
Esta apuesta por que Marbella fuera una ciudad creativa fue una propuesta de Marbella Activa al plan estratégico de la ciudad que terminó por incluirse en su documento final como una estrategia incluida en el eje de ciudad del conocimiento y que hoy empieza a ejecutarse.
Leave a Reply