
Escuela de naturaleza.
La mañana de este 11 de mayo amanecía con una temperatura extraordinaria, típica de estas fechas en Marbella. Nos habíamos citado en la zona de los Manchones en un lugar relativamente cercano al nacimiento de Nagüeles y a las nueve de la mañana ya estaban todos los asistentes con ánimo de aprender los secretos del medio natural.
Antes de empezar a caminar hicimos mención de algo muy importante en cuanto a la particularidad del recorrido. Debíamos saber que el trazado de esta ruta discurría justo en la frontera geológica entre Sierra Blanca y su suelo calizo formado en la era secundaria en fondos marinos de poca profundidad y entre los suelos ácidos del cuaternario. Una vez explicado todo esto nos pusimos en marcha rumbo hacia la cantera de la Legua.
Una vez transcurridos unos quinientos metros de nuestra ruta nos tropezamos con un llamativo arbusto que se encontraba rebosante de una floración amarilla. Se trataba de la bolina moruna, un endemismo ibero-norteafricano con una área de distribución muy restringida a Sierra Blanca y Sierra de Mijas donde se encuentran las mayores poblaciones, ademas de puntos muy localizados del norte de Africa. En definitiva se trataba de una joya botánica cuyo nombre científico es Genista haenseleri, esta especie fue descubierta por el botánico suizo Edmon boissier que a la postre fue el descubridor del pinsapo para la ciencia. El botánico suizo bautizó esta especie como Henseleri en honor a su amigo Haenseler, un farmacéutico alemán afincado en Málaga a finales del siglo XIX y que a través de una carta le indicó a Boissier de la existencia de unos abetos en la montañas rojas (se refería a la sierra de Estepona).
Más adelante y frente a un paisaje inigualable pudimos desgranar la complejidad geológica que teníamos ante nuestros ojos. Los suelos calizos, los suelos ácidos, las areniscas de la zona del estrecho que se dejaban ver en el horizonte y por supuesto los exclusivos suelos de peridotita que estaban representados por las sierras de Estepona y Palmitera. Teníamos ante nosotros una complejidad geológica difícil de encontrar en nuestro planeta, una complejidad que enriquece notablemente la diversidad de nuestro territorio puesto que cada suelo tiene un tipo de bosque diferente, además de especies endémicas de gran interés a nivel global.
Seguidamente llegábamos a una zona de ambientes rupícolas (roquedos), donde pudimos ver especies de aves de gran interés como el roquero solitario, Monticola solitarius, el avión roquero, Ptyonoprogne rupestris, y la collalba negra, Oenanthe leucura. Esta última especie es considerada como una joya ornitológica debido a su escasa área distribución global, restringida principalmente al sureste de la península ibérica y áreas muy localizadas del norte de África.
La escuela de naturaleza había cumplido su objetivo ya que todos los participantes nos transmitieron que habían aprendido mucho en esta actividad y eso nos llena de satisfacción a los que intentamos trasmitir nuestro conocimiento.
La naturaleza es algo que se disfruta desde la contemplación de sus paisajes, sus colores, sus atardeceres y amaneceres… Pero sobre todo es algo que se disfruta desde el conocimiento y esto es fundamental para poder conocer el valor tan importante que tiene para nosotros y seamos más los que defendemos el medio ambiente, pero siempre desde el saber científico. Desde Marbella activa estamos poniendo nuestro granito de arena para poder ofrecer a los ciudadanos esos valores ambientales a través de estas actividades y ahondar en el conocimiento.
Gracias por compartir esta mañana tan interesante con nosotros. Nos vemos en la próxima.
Antonio Figueredo. Cofundador y vicepresidente de Marbella Activa. Miembro de SEO BirdLife.
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