
Queréis cambiar el mundo avanzando hacia atrás. Y no lo entiendo. Ninguno de los que allí estuvimos, salvo los que añoran los tiempos en que la patria les pertenecía, podemos entenderlo. ¿Qué libertad esperáis encontrar en la tiranía? ¿Qué valores humanitarios? Los que hicieron volver a Fernando VII, lo hicieron al grito de “¡Vivan las caenas! Lejos de nosotros la funesta manía de pensar”. ¿Es eso lo que buscáis? ¿Una renuncia voluntaria a pensar por vosotros mismos? ¿Conformaros con las proclamas de los partidos en que os sentís acogidos sin más reflexión? Ahora que los gimnasios están tan de moda, ¿vais a renunciar a un poco de gimnasia mental? ¿Os bastará como horizonte acceder a una serie de comodidades a través de internet? ¿Dónde vamos a dejar los valores que configuran nuestra dignidad? ¿Dónde vamos a dejar la honradez, la fraternidad, el respeto que nos debemos? ¿Qué vamos a hacer con la compasión si ya no queremos mirar lo que nos rodea? ¿De qué amor podremos hablar?
Desde aquí quiero invitaros hoy a formar parte de esa minoría inconformista que sigue teniendo la “funesta manía de pensar”, que navega contracorriente para poner a salvo su bien más preciado: su libertad. Os invito a uniros a los que siguen pensando que otro mundo es posible, pese a las fuerzas financieras y esta ley del más fuerte que parecen invencibles y no lo son. Para sobrevivir necesitan gente sumisa o gente asustada, gente dedicada a otras cosas que les deje urdir su tela de araña; pero no podrán hacerlo si avanza el virus de la inteligencia y salimos a la calle a buscar el contacto cálido de otras personas, dejando atrás el veneno que destilan las redes sociales. Sobran salvadores de la patria que solo nos quieren imponer la suya, mientras nos asustan con su violencia, y faltan voces que se unan para defender la que tenemos. No es perfecta, pero nos acoge a todos por muy distintos que seamos y todavía mantiene sus brazos abiertos a la humanidad.
Paco Cervera. Profesor de historia y presidente de Marbella Activa.
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