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3 diciembre, 2013
Llega el momento de aplicar la famosa frase de “menos es más”. La acuñó el arquitecto alemán Ludwig Mies van der Rohe sobre la arquitectura racional y ha pasado a ser un eslogan para aquellos que sostienen que estos son tiempos para gestionar el decrecimiento en lugar de pensar en un crecimiento ilimitado.
En este artículo Javier Lima intenta explicarnos como «menos es más» es un estrategia más acertada que levantar gigantes de hormigón que rascan el cielo o mejor dicho desgarran nuestro paisaje.
Muchas gracias cristina por sus aportaciones. Son muy valiosas y necesitamos de ellas para configurar entre todos ese modelo de ciudad que queremos y, de paso, dejar claro que es lo que no queremos. Te damos la razón totalmente, las industrias culturales y sus equipamientos son muy necesarios para nuestra ciudad. Ya Manuel Fajardo Butler, presidente de Turespaña, decía sobre Marbella que si queríamos crear un producto rentable, turísticamente hablando, debía ser una ciudad que atrajera el talento y la cultura. De todas maneras me alegro que le haya gustado el artículo y nos haga más comentarios tan enriquecedores como estos. Y como, no, a participar activamente en nuestra asociación si quiere.
By: adminOtra cosa que funcionaría maravillosamente bien sería un recinto ferial con un real de feria, sí, pero con el resto construido modelo pueblecito andaluz, creando un espacio único en el mundo, auténtico, ejecutado con calidad (y no es algo costoso de hacer ) y se podrían organizar las mejores ferias comerciales del mundo. Marbella tiene capacidad hotelera de gran ciudad, un clima sin explotar en ciertas temporadas y es como un gran escaparate. Es una infraestructura que no es costosa de hacer (tampoco el teatro al aire libre) y añadiría un inmenso valor a la ciudad, creando empleo y ampliando la oferta de lo que sabemos hacer realmente bien que es el turismo, pero que necesita renovarse y buscar otras modalidades. En todo caso me ha encantado su artículo y lo suscribo íntegramente.
By: Cristina FalkenbergMuchas gracias por su artículo, me ha parecido acertadísimo. Las personas no son más felices por consumir más objetos, al contrario: creo que hay una creciente pobreza espiritual. Marbella está huérfana de infraestructuras culturales, cuando la cultura es una apuesta importantísima que ha hecho Málaga y que ha probado ser un absoluto acierto. En Marbella, donde hay amplios espacios para uso dotacional, funcionaría maravillosamente un teatro romano que además aprovechase la acústica natural del terreno, como hace Epidauro en Grecia, todo un monumento a la inteligencia humana, en tiempos en que no había altavoces empero había que asegurarse que el espectador de la última grada pudiese oir lo que se decía en el escenario. La obra no es costosa y debería poder acoger una gran cantidad de público, a fin de poder optimizar la oferta y los precios. Además es necesario oque haya espacios de esparcimiento en torno. No es una obra costosa y podría erigirse en todo un referente cultural en el Mediterráneo. Incidentalmente, debería haber días gratis o a precios super-económicos, porque poder disfrutar de lo bueno y lo bello no debería depender de que uno estuviese en un momento económico mejor o peor. Es un hecho insoslayable que una sociedad sin cultura es una sociedad sin valores, que satisface su vacío espiritual comprando cosas y enriqueciéndose lo más posible, como si nadie se llevase un duro al otro mundo...
By: Cristina Falkenberg