¿Te gustaría ver rascacielos en el paisaje de Marbella?

El problema es mucho más complejo. Lo primero es abordar este debate desde su esencia fundamental: el espacio urbano. En muchos debates y notas de prensa, el discurso urbanístico sobre Marbella se limita a analizar la arquitectura que se ha producido en Marbella, obviando el asunto fundamental: el urbanismo como disciplina que, esencialmente, tiene la misión de diseñar el espacio urbano, es decir, el negativo de lo edificado. El espacio urbano debe ser, por tanto, el protagonista en cualquier análisis urbanístico, debiendo la arquitectura dar, entre otras muchas, respuesta a las circunstancias concretas del espacio urbano donde se enclava: el urbanismo debe ser previo a la arquitectura y, ésta debe ser la que culmine el proceso urbanístico. Y ahora, por tanto, ha llegado el momento inaplazable de preguntarse no sólo cómo es el espacio urbano en Marbella tras las tropelías urbanísticas especulativas llevadas a cabo en los últimos tiempos en nuestra ciudad, y en nuestro entorno natural inmediato, sino también qué actuaciones y planteamientos urbanos necesita nuestra ciudad para contrarrestar tales excesos y afrontar los nuevos tiempos sobrevenidos tras la crisis definitiva del capitalismo, con los cambios sociales y culturales que ello conlleva y que, a menudo, se intentan ocultar al amparo, principalmente, de intereses inmediatos, ya sean políticos o económicos, tal y como ha quedado constatado con el asunto de los rascacielos. Marbella necesita ya, de una vez, otro urbanismo. Un urbanismo verdaderamente democrático, igualitario y equitativo en el que la sostenibilidad ambiental, económica y social sean premisas indiscutibles. Para ello debe intervenirse con inteligencia en el tejido urbano ya existente pero, evidentemente, eso cuesta esfuerzo y trabajar a largo plazo, lo cual, dado el perverso juego de la oligarquía política en este país, no parece factible. Javier Gullón

Totalmente de acuerdo Javier. Esto que ha ocurrido con el tema de los rascacielos es un síntoma más de la falta de debate entre los gobiernos municipales y la ciudadanía y que el urbanismo es un urbanismo a demanda y de despacho y no un proceso más de la gobernanza. Este proceso acontecido con los rascacielos ha demostrado que por primera vez los ciudadanos saben lo que no quieren. Sería bueno abrir un proceso sano de planificación urbana donde digamos qué modelo queremos todos para Marbella y que es lo que no queremos en absoluto. Por lo pronto Marbella Activa en febrero tiene planteado una conferencia debate para hablar del modelo de ciudad y donde invitaremos a arquitectos, urbanistas, ecologistas, ciudadanos para generar un debate sano y en cuál esperamos tu asistencia.

Totalmente de acuerdo, pero no sólo con torres se estropea el paisaje. Se estropea en cualquier forma de hacer mal urbanismo. Por ejemplo la urbanización Sierra Blanca, en Nagüeles. Javier

Marbella tiene zonas bonitas y zonas horribles. Hay que empezar de una vez a luchar por un espacio y entorno urbanos de calidad, para todos, sin excepciones. El diseño del espacio urbano es la clave de la sostenibilidad económica y social y también, incluso, medioambiental. Javier

Quien viene a Marbella viene huyendo, precisamente, de ciudades con modelos urbanísticos que incluyen los rascacielos. ¡Qué pena comprobar que este gobierno municipal, supuestamente mejor que los anteriores, contempla semejante atentado contra la ciudad de Marbella y su realidad socio-cultural y entorno paisajístico, a la vez que ignora el reclamo que suponen estos valores para el turismo de calidad.